Los religiosos de la edad media decían que el mal venía de la mujer.
Ese que escribió el génesis debió estar sufriendo por culpa de una.
Ahora entiendo a Galeano cuando dice que tiene una mujer atravesada en la garganta, cuando dice que no le puede pedir que se vaya, yo tampoco puedo.
Dejaré que el pensar y el sentir, endiablada pareja, sigan haciendo doler mi alma y sangrar mis ojos.
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